Estrés... Ansiedad... Dificultad para dejarse llevar... Todos experimentamos estos sentimientos. Ya sea en nuestra vida cotidiana, en casa, en el trabajo o incluso en la escuela. Vivimos en un mundo acelerado en el que tenemos poco margen de error.
Para lidiar con todo esto, todo el mundo recurre a diferentes alternativas, a veces antidepresivos que muchas veces hacen más daño que bien, pero también el deporte, escuchar música, cantar, las plantas... que son una gran ayuda.
Sin embargo, nos olvidamos de una técnica sencilla, ¡al alcance de todos! ¡RESPIRAR!
¿Respirar? Sí, ¡nada más sencillo! Bueno, simple... Existe la respiración... ¡y la RESPIRACIÓN!
En efecto, la respiración es esencial para nuestra existencia y rara vez pensamos en ella porque se produce de forma natural. Sin embargo, la respiración es increíblemente útil para reducir el estrés y mejorar la salud.
Existe un fuerte vínculo entre la respiración y el bienestar:
Obviamente lo hacemos de forma espontánea, por ejemplo, si una situación nos asusta, inconscientemente respiramos profundamente y obtenemos la energía extra necesaria para afrontar la situación. Una vez superada la crisis, respiramos con alivio, lo que elimina la tensión.
Sin embargo, la mayoría de nosotros no respira con el diafragma, sino con el pecho de forma corta e irregular. Cuando estamos estresados, el problema es que, a pesar de nuestra respiración, no nos llega suficiente oxígeno a los pulmones, lo que nos hace estar aún más tensos, ansiosos y sin aliento.
Practicando una respiración abdominal regular, puedes aprender a relajar tu cuerpo y tu mente permitiendo que el oxígeno fluya por tus pulmones.
Hay ciertas técnicas que hay que dominar para conseguir la calma que necesitamos. He aquí algunas de ellas para empezar.
En primer lugar, es importante ponerse en las condiciones adecuadas para relajarse. Siéntate o túmbate cómodamente con la espalda recta. Por supuesto, sitúate en un lugar tranquilo y asegúrate de que no te molestan. Si lo deseas, también puedes escuchar la música relajante que más te convenga. Por último, si acaba de comer, espere al menos una hora antes de hacer los ejercicios de respiración.
Algunas técnicas para empezar
Coloca una mano en el pecho y la otra en la parte superior del abdomen
Inspira lenta y profundamente por la nariz y luego deja que el aire fluya directamente hacia el vientre muy lentamente hasta que éste se infle por completo.
Termine llenando la zona superior de los pulmones
Mantenga el aire durante cinco segundos.
Luego exhale lentamente por la boca haciendo un sonido "chi" hasta que los pulmones estén vacíos.
Repita la operación cinco veces.
Esta técnica le permitirá eliminar toxinas, relajarse y recuperar energía.
Respire lentamente y profundamente por la boca y la nariz.
Mantenga la respiración mientras cuenta hasta diez.
Exhale rápidamente por la boca.
Repita la operación 4 veces.
La respiración profunda aporta energía al suministrar más oxígeno al resto del cuerpo.
También favorece la liberación de endorfinas, las hormonas naturales que aumentan la energía y contribuyen a la relajación.
Ponga la lengua en el paladar
Con la boca cerrada, inspira durante 4 tiempos
Mantén la respiración también durante 4 tiempos
A continuación, exhala contando hasta 4
Para evitar que te obsesiones con tus pensamientos y para detener la pequeña bicicleta que nunca se detiene en tu cabeza, adopta este ejercicio.
Con la boca cerrada, inspira contando hasta 4
Mantén la respiración durante 2 segundos
Exhala 6 tiempos, expulsando todas las tensiones emocionales
Repita 5 veces y luego vuelva a respirar normalmente antes de hacer el mismo ejercicio.
Repite tantas veces como sea necesario dentro del límite de 15 minutos.
Puedes hacer este ejercicio siempre que te sientas abrumado por tus emociones. (Ira, tristeza, miedo...)
Para empezar, puedes elegir el ejercicio que prefieras y que mejor se adapte a tus necesidades y repetirlo varias veces al día durante un mes. De este modo, irás dominando poco a poco cada uno de los ejercicios y podrás beneficiarte realmente de sus ventajas relajándote rápidamente. Sobre todo, tómatelo con calma y no lo fuerces. Algunas personas se sienten ligeramente mareadas al principio, esto se debe a la oxigenación profunda a la que nuestro cuerpo no está acostumbrado.
También puedes practicar con tu familia y enseñar a tus hijos algunos ejercicios. Verás que antes de acostarte, la respiración te salvará la vida.
Una vez que domines estos sencillos ejercicios, puedes pasar a otros más complejos que se utilizan en la medicina ayurvédica, como la "respiración alterna", muy
útil para los problemas de insomnio.